Érase una vez un ogro que conoció a una cocinita. Se hicieron muy amigos, y al ogro le gustaba ir a casa de la cocinita a jugar (y a tomar una caña y un aperitivo, ecológico, por supuesto) de vez en cuando. Leer mas
Érase una vez un ogro que conoció a una cocinita. Se hicieron muy amigos, y al ogro le gustaba ir a casa de la cocinita a jugar (y a tomar una caña y un aperitivo, ecológico, por supuesto) de vez en cuando. Leer mas
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